Por Roberto Tapia
Cuando todo parecía que Boca Juniors y Patronato de Paraná se irían al descanso empatando 0-0 en la final de la Supercopa Argentina disputada en el estadio único Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Cuando el VAR le anulaba un penal a favor (por posición adelantada previa). Cuando el Xeneize jugaba mejor pero no lograba entrar. Cuando todo eso pasaba, apareció Darío Benedetto.
El Pipa necesitaba esto, un gol clave en un partido importante. El goleador del equipo azul y oro quería una chance para redimirse tras algunos malos rendimientos y la expulsión infantil en la final con Racing que lo marginó de las primeras cuatro fechas de la Liga Profesional de Fútbol. El 9 necesitaba gol… Y lo consiguió.
Hugo Benjamín Ibarra le volvió a dar la chance al histórico delantero pese a que Miguel Merentiel venía de enormes rendimientos en los encuentros que le había tocado jugar, con goles y asistencias, formando una buena sociedad con Luca Langoni. No obstante, el entrenador entendió que éste era el partido para devolverle la confianza a Benedetto.
Al Pipa se lo vio enfocado desde el comienzo del partido, ágil, rápido, como si supiera que esta era su gran oportunidad para volver a ganarse el puesto. Entrando y saliendo del área, tocando con sus compañeros y pensando solamente en jugar y tener su gol. Lo intentó en primera instancia cuando sancionaron un penal a favor (finalmente se lo anularon por offside) y lo concretó minutos más tarde.
Benedetto fue la figura del primer tiempo en Boca, dándole a los 42 minutos el gol que abrió el marcador, que le da momentáneamente la estrella número 74 al Xeneize. El Pipa tocó 13 veces la pelota, acertó el 71% de los pases, ganó dos duelos, recibió una falta y marcó un buen gol tras una jugada excelsa de Nicolás Figal.
29/02/2024
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