Del odio al amor, la confesión sin tapujos de Griezmann hacia Diego Simeone

La vida de Diego Simeone en Atlético Madrid es una de película con miles de capítulos dentro de las 12 temporadas, camino a la 13, que lleva como entrenador del Aleti, su segundo club luego de su amado Racing Club. Además de su casa familiar y personal, el Cholo tiene dos instituciones que le dieron todo y mucho más de lo que pensaba en su vida.

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A partir de su llegada en enero de 2012, el Colchonero pasó de ser un equipo con potencial descenso a la segunda división española a pelear todos los años por cosas importantes a nivel local e internacional, justificando dicha meta con muchos títulos, casi una decena, y estando siempre presente en las grandes contiendas continentales como sus dos derrotas en la final de la UEFA Champions League en 2014 y 2016 frente a su rival madrileño.

Para lograr su cometido y el de la dirigencia, tuvo que esforzarse en una idea que le dio gustos y palos al mismo tiempo, que generó amoríos y críticas despiadadas de la prensa y de la gente anti Atlético Madrid. Pero nada podría haber hecho sino fuera por el ejemplar comportamiento y el sentido de pertenencia que provoca un club como el ibérico de los jugadores que el DT argentino fue dirigiendo de la mano de sus ayudantes de campo Germán Burgos primero y Nelson Vivas después. Muchos cambios fueron teniendo su cuerpo técnico por el paso lógico del tiempo, sumado al desgaste mental de estar siempre en un mismo lugar.

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El amor de Griezmann hacia su entrenador

En diálogo con el canal oficial del Aleti, el delantero francés reveló su devoción por el Cholo: “Había entrenamientos que llegaba a casa y le decía a mi mujer: ‘a este no lo aguanto más. No entiendo qué quiere de mí’. Era un jugador que no tiraba mucho a puerta y paraba el entrenamiento para decirme que había que pegarle a puerta y hacer goles. Me costó entender la dinámica y lo que buscaba de mí. Los compañeros me ayudaron mucho y lo dimos todo en ese momento. Salió bien”.