Por Roberto Tapia
La carrera maratónica de Carlos Tévez, ya retirado del fútbol profesional desde 2021 y como entrenador actual de Independiente de Avellaneda, fue demasiado exitosa, pese a no ganar con la Selección Argentina a nivel mayor. El par de derrotas en la final de la Copa América 2004 y 2015 fueron golpes muy duros de asimilar para el Apache, quien se quedó afuera del Mundial 2014 inmerecidamente porque Alejandro Sabella no lo llevó.
A horas del año nuevo, la racha negativa que Boca quiere olvidar rápidamente
Pero fuera de esas dos circunstancias negativas, batió e igualó muchos récords históricos y vigentes, ganó casi 30 títulos siendo uno de los argentinos con más galardones en la historia del fútbol, conquistó trofeos de gran valía, disputó dos Mundiales con su país en 2006 y 2010, ganó los Juegos Olímpicos 2004 en Atenas y es uno de los máximos ídolos de Boca Juniors, el club del cual es hincha y solamente vistió esa camiseta en Argentina.
Ya en Europa, tras ganar todo lo que jugó con el combinado de sus amores, sus destinos fueron West Ham, Manchester United, Manchester City y Juventus, respectivamente. En todos esos lugares, nunca habló inglés ni italiano porque no quiso aprender jamás, fue muy querido por todos los fanáticos el tiempo que defendió los colores de dichos clubes y metió goles claves en momentos trascendentales para salvar del descenso o darle una estrella más a los aficionados que vitoreaban su nombre y apellido felices y contentos.
Supo valer 5 millones, estuvo a punto de jugar un Mundial y recayó en el alcohol
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