Fútbol Argentino

Insólito pero real, por qué Luis Zubeldía no quedó como entrenador de San Pablo

El campeón de liga y Sudamericana con Liga de Quito estuvo en el radar del combinado paulista.

Por Roberto Tapia

Luis Zubeldía
Luis Zubeldía
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Luego de conquistar la liga PRO ecuatoriana y la Copa Sudamericana con Liga Deportiva Universitaria de Quito, la cotización de Luis Zubeldía como entrenador, por haber conseguidos los dos primeros títulos de su carrera tras retirarse por una lesión a los casi 30 años, por lo que empezó de joven como ayudante de campo de Ramón Cabrero con quien fue campeón con Lanús del Apertura 2007.

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Pero como su contrato con el combinado capitalino se terminó a fin del año pasado, varios equipos son los que tienen en la mira al argentino para ser el futuro DT de algún gigante sudamericano u otra institución de otra región. Y al quedar libre, quedó disponible negociar con cualquier club del mundo que lo considere pertinente para ser llamado si le ven condiciones suficientes para comandar los destinos deportivos de alguno en el inicio de 2024.

Por su parte, uno de los enormes conjuntos del continente sudamericano que lo tuvo en cuenta fue San Pablo, pero en su lugar el elegido fue su colega Thiago Carpini. Sin embargo, la razón por la cual no logró el puesto es tan insólita como increíble, la cual no reviste precedentes en la historia del fútbol mundial porque no tiente pies ni cabeza.

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Lo que confirmó el cuadro brasileño acerca de la no llegada de Luis

De acuerdo con lo que informó el diario deportivo Olé, así fue la explicación del coordinador de fútbol del club paulista y exentrenador Muricy Ramalho. El dirigente argumentó que se intentó realizar una video entrevista con el DT, pero que dilataba la respuesta: “No lo entrevistamos, se concertó una cita, pero luego no quiso hablar. Fue demasiado rápido. Muchas posturas... Nos dijo 'puede ser en dos días', después en tres días. Y nos estábamos volviendo locos en el mercado para traer un entrenador... 'Te arrepentirás, esto es San Pablo, hijo mío', le decíamos. "No, hablaré contigo mañana", respondía. Pero al menos habla, no se trata de aceptar o no, queríamos saber cómo es el chico. Lo hizo todos los días”.


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