Fútbol Argentino

Fue dirigido por Maradona, compartió cancha con Messi y ahora vende verduras

Dejó de disfrutar al fútbol y se dedicó a trabajar para ayudar a su familia que lo necesitaba.

Por Roberto Tapia

Dejó de disfrutar al fútbol y se dedicó a trabajar para ayudar a su familia que lo necesitaba.
Dejó de disfrutar al fútbol y se dedicó a trabajar para ayudar a su familia que lo necesitaba.
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Muchos jugadores que llegaron a primera división quedaron en el camino luego de que se asentaron en la elite, se codearon con rivales de peso, compartieron cancha con monstruos y llegaron a entrenar o jugar representando a su país cumpliendo el sueño que millones apenas se imaginan hacerlo realidad. Y esta es la vida de este exjugador que se retiró con más pena que gloria.

Como uno más de los tantos juveniles que se formaron futbolísticamente en las inferiores de River Plate, nunca llegó a consolidarse en el club porteño, llevó su fútbol por las canchas del ascenso argentino para sobrevivir y decidió retirarse con apenas 22 años. El protagonista de esta historia increíble se llama Gonzalo Olid Apaza, quien hoy vende papas, verdura y garrafas con su padre para ganarse la vida fuera del verde césped. 


De pasado por Defensores de Belgrano y Cambaceres, en charla con Infobae, quien tiene el viaje como otra pasión afirmó: “Mi familia no tenía nada que ver con el fútbol, pero todo se fue dando. A los 11 años, me llevaron a jugar en cancha de 11. Y a los 12 años ya estaba jugando en River”. Y sobre su paso por la selección Sub-17, recordó: “Todos los miércoles íbamos a hacer fútbol con la mayor. Nosotros llegábamos al entrenamiento y nos saludaban uno por uno. Era una locura. El Diego era el árbitro del partido. Jugábamos con Messi, estaban todos”. 

Cómo terminó la carrera de Apaza luego de esas grandes vivencias

“Después de haber jugado un Mundial y estar dos años en la reserva, me terminé yendo a Deportivo Merlo para jugar en la Primera Nacional porque no tenía lugar. Me voy por eso. Quería jugar, necesitaba minutos, me salió esa oportunidad y me fui. No hablé con Almeyda en ese momento. Mi papá vendía papas en ese momento y me tiró la mano para que me dedique a eso y desde hace ocho años me dedico a vender verdura embolsada. Tuve la posibilidad de empezar a viajar, descubrí otra pasión que tenía aparte del fútbol, que me encantó”.
 


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