Fútbol Argentino

Inédito, la terrible anécdota del Dibu Martínez previo a Países Bajos en Qatar

El arquero fue clave en la tanda de penales al tapar dos remates luego del empate 2 a 2 con alargue incluido.

Por Roberto Tapia

El arquero fue clave en la tanda de penales al tapar dos remates luego del empate 2 a 2 con alargue incluido.

Sin lugar a duda que la serie más dura y emotiva, sacando la final ante Francia, de Qatar 2022 fue la que Argentina disputó contra Países Bajos (ex Holanda) por los cuartos de final. El agónico empate en los 90 minutos de los europeos en el 2 a 2 final fue una puñalada al corazón de los albiceleste que luego dominaron a su antojo los 30 adicionales, pero los palos impidieron evitar los penales.

Y allí mismo, la figura de Emiliano Martínez se agrandó tapando dos disparos (uno al capitán Virgil Van Dijk y el otro a Wout Weghorst), los cuales fueron suficientes para vencer por 4 a 3 con el quinto tiro convertido el delantero bahiense Lautaro Martínez. Ese grito estaba contenido desde adentro por todo el tumulto que se armó durante el partido cuando el volante Leandro Paredes reventó de un pelotazo el banco de suplentes rival.


El festejo del capitán rosarino Lionel Messi estilo Juan Román Riquelme en 2001 en un superclásico con el famoso Topo Gigio y la famosa frase post clasificación a semifinales de la Pulga al autor de los dos tantos neerlandeses “Qué mirá, bobo” fueron parte de una llave intenta e histórica para las Copas del Mundo. De emotivo a dramático sin escalas derivó esta increíble y positiva serie para el tricampeón mundial. 

La tremenda anécdota del Dibu en la previa del mencionado partido

En una charla con el periodista deportivo y relator Sebastián Vignolo, por ESPN y STAR +, el arquero reveló un detalle insólito: “Antes del partido jugamos al fútbol tenis entre los arqueros para cagarnos de risa. Meto un cabezazo y digo ‘¡Uh Tincho, el cuello!’ Le dije: ‘Haceme un poco de manos acá que no me puedo mover’. Me llama Samuel para hacer pelota parada y le digo ‘perdón, me tengo que ir adentro’ Dos infiltraciones me tuve que dar para jugar. ‘Nunca infiltré un tortícolis’, me decían los doctores. Jugando yo no sentía nada, pero mi cuerpo sí lo sentía”.
 

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