Fútbol Argentino

Inédito pero real, lo que une a Ruggeri, Passarella y Otamendi con el Mundial

Los tres futbolistas tuvieron su momento de gloria con la camiseta de su país y dejaron huella.

Por Roberto Tapia

Los tres futbolistas tuvieron su momento de gloria con la camiseta de su país y dejaron huella.

Tanto Daniel Alberto Passarella, como Oscar Ruggeri y Nicolás Otamendi, cada uno en su época, supieron tocar el cielo con las manos en los Mundiales 1978, 1986 y 2022 con la Selección Argentina. Los tres saben lo que es levantar la copa más linda de todas y cuánto pesa. Dos ya retirados y como directores técnicos en el pasado, y el restante todavía como futbolista de elite en Benfica y titular indiscutido en el equipo albiceleste.

La diferencia del Kaiser con respecto a los otros dos es que también fue campeón mundial en 1986, pero sin jugar ningún duelo debido a un problema estomacal que le privó ser el capitán en aquel Mundial de México, en el cual Diego Armando Maradona brilló como nunca antes lo había hecho en su carrera y el Cabezón fue quien ocupó el lugar en la zaga central que era de Daniel. 


Más acá en el tiempo, el ex defensor central de Vélez Sarsfield coronó hace un año en Qatar todo lo que vivió como futbolista profesional en su tercer certamen mundialista. Si hubiera ido a Brasil 2014, tendría cuatro Copa del Mundo en el lomo y estaría cerca de uno de los récords históricos a nivel selecciones. Pero considerándose parte fundamental de la actual vieja guardia con una camada de chicos y experimentados ya consolidados en la clase maestra, Ota sigue dando que hablar con el golazo de ayer ante Brasil para el recuerdo.

La gran coincidencia que involucra a estos monstruos con la selección

De acuerdo con la información que brindó la cuenta de Twitter @varskysports, los dorsales de Passarella, Ruggeri y Otamendi en los tres mencionados certámenes internacionales fue el mismo: el número 19 en la espalda. Los tres, con el mismo doble dígito, levantaron el cetro más espectacular de todo el plantel, los tres jugaron de lo mismo en el verde césped y los tres los une el rasgo del cabezazo en las dos áreas como sello distintivo en su juego.
 

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