Por Roberto Tapia
Durante los últimos años el fútbol europeo ha hecho estragos en Sudamérica por las cantidades monstruosas de dinero que pueden manejar y por cómo convencen a los jóvenes futbolistas para irse con sus familias a continuar sus carreras bajo el ofrecimiento de todo tipo de tentaciones, donde pueden encontrarle trabajo a los padres del jugador y además los ponen en un hogar.
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Con la diferencia en cuanto a la moneda que se maneja en Sudamérica con respecto a lo que es Europa, es imposible competir, salvo para el fútbol brasileño, que de todas maneras tiene sus negociados con equipos como el Real Madrid o el Barcelona, que compran a grandes proyectos futbolísticos, como ya ha sucedido con Vinicius, Rdorygo, Vitor Roque y Endrick, entre otros, por millones de dólares.
A menor escala en cuanto a la cantidad de dinero que se mueve para los argentinos, está sucediendo con los chicos de nuestro país, cuando vienen poderosos equipos europeos con sumas astronómicas de dinero, no hay mucho para hacer más que terminar aceptando y perdiendo al jugador, a pesar de que en más de una oportunidad de los clubes argentinos se han defendido y han podido negociar buenos ingresos por las ventas de estos jóvenes jugadores.
Esto ha sucedido en los casos de Julián Álvarez, o ahora mismo de Claudio Echeverri, quien siendo tan joven ya fue comprado por el Manchester City en una cifra que rondaría los 25 millones de dólares, y que le dejan a River una buena suma como para justificar todo el trabajo hecho desde las inferiores, pero de ninguna manera los dejan explotar acá en Argentina.
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El caso ahora sucede con otro futbolista de Boca, también formado en las divisiones inferiores del Club, y este joven jugador es pretendido por el Milan y es Aaron Anselmino, uno de los más grandes proyectos futbolísticos que tienen la institución, y que en estos momentos Diego Martínez lo quiere llevar de a poco, pero quizás no tenga esa posibilidad.
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