Por Roberto Tapia
La caída sin atenuantes, con uno menos durante 75 minutos, frente a Estudiantes de La Plata por las semifinales de la Copa Argentina de Boca Juniors generó desazón, frustración y preocupación por ver cómo y cuándo, si sucede, el equipo finalista de América clasifica a la próxima Copa Libertadores. Ya con la Copa Sudamericana abrochada, las matemáticas por tabla anual es la única salida que queda.
La cantidad de millones de dólares que el equipo de La Boca podría perderse en caso de que no juegue el certamen internacional el año que viene es otra de las razones negativas que genera esta eliminación en la puerta de otra final. Con un plantel desgastado, el plantel profesional debe hacer un buen partido ante Godoy Cruz el domingo por la noche en Mendoza si quiere tener posibilidades concretar de cumplir la misión.
La obsesión de la gente es clara, al igual que los objetivos de la dirigencia de turno, a días de las elecciones presidenciales del sábado 2 de diciembre. Este porrazo, otro más en un noviembre negro y para el olvido, hará mella en la decisión de los socios a la hora de elegir cuál de las dos opciones es la mejor o la más acorde para conducir los destinos del club durante los próximos cuatro años.
El medio partidario Planeta Boca Juniors sintetizó cómo es el camino que Boca debe hacer para entrar a la fase de grupos o al repechaje: debe ganarle sí o sí al Tomba el fin de semana, esperar que Rosario Central pierda con Arsenal en Sarandí, que Estudiantes de La Plata no le gane a Lanús y que San Lorenzo no venza a Central Córdoba. La otra posibilidad si estas combinaciones no se cumplen es salir quinto o sexto en la tabla anual y que alguno de los conjuntos del segundo al cuarto escalón gane la Copa Argentina o el torneo local para liberar algún cupo.
29/02/2024
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