Antes del clásico, gastadas de hinchas de San Lorenzo provocaron el repudio de todos

El próximo sábado, San Lorenzo y Huracán se enfrentarán en un nuevo clásico de barrio, aunque la previa del encuentro ha tomado un tono cada vez más oscuro. A pesar de la histórica prohibición de la presencia de hinchas visitantes, el ambiente se ha enrarecido en los días previos. Tras los inquietantes muñecos encontrados cerca del Nuevo Gasómetro, interpretados como actos de "brujería", se suma ahora un triste episodio con la aparición de afiches de mal gusto.

En la madrugada de este viernes, en las cercanías de la avenida Caseros 3159, se colocaron afiches en forma de ataúd con dibujos de fantasmas y la letra B en rojo, haciendo alusión a los colores de Huracán, y las caras de Ulises Fernández y Rodrigo Silvera, dos hinchas del Globo que perdieron la vida en enfrentamientos con seguidores de San Lorenzo.

Además, la sede del club conocida como la Quemita, también fue objeto de estas acciones provocativas. En uno de los carteles de ingreso al predio se realizaron pintadas con aerosol y se colgó un pasacalles con un mensaje alusivo a los trágicos sucesos ocurridos en el pasado. Estos actos generan indignación y preocupación, recordando trágicos episodios de violencia que empañan el fútbol y la convivencia entre hinchas.

Estos carteles parecen ser una respuesta de algunos hinchas del Ciclón a lo ocurrido días atrás cerca del estadio Pedro Bidegain. Allí, un muñeco fue colocado en las instalaciones del club y, aunque fue retirado rápidamente del lugar, a los que se encontraban en el exterior no se atrevieron a tocarlos. Incluso, hubo un muñeco colgado de un árbol. En San Lorenzo especulan que estas acciones podrían haber estado relacionadas con el clásico.

Repudio por las “gastadas” de los hinchas de San Lorenzo que fueron demasiado lejos

Las caras que aparecieron en los ataúdes dibujados eran las de Ulises Fernández y Rodrigo Silvera, hinchas asesinados en enfrentamientos contra seguidores cuervos. El primero de ellos tenía 24 años cuando murió el 19 de diciembre de 1997 a causa de dos balazos. Por su parte, Silvera, conocido como “Cafú”, fue herido el 1 de noviembre del 2008 en otro hecho de violencia. También recibió un balazo y, aunque estuvo varios días peleando por su vida, falleció en el hospital Penna.